En la mañana del 28 de abril, un apagón sacudió la Península Ibérica, dejando a gran parte de Portugal y España sin electricidad durante varias horas. Semáforos apagados, supermercados cerrados, vuelos cancelados, redes de pago inoperativas y transportes paralizados fueron algunas de las consecuencias que se dejaron sentir en ambos países. Y aunque la electricidad se restableció gradualmente, el episodio plantea una pregunta urgente: ¿están las empresas realmente preparadas para hacer frente a un apagón a gran escala?
En FRICON, creemos que cada reto es una oportunidad para replantearse las prácticas y reforzar la resistencia de las empresas. Por eso hemos proporcionado algunas recomendaciones esenciales para hacer frente a los fallos energéticos y hemos destacado las soluciones que pueden marcar la diferencia.
Repercusiones de un fallo energético en el sector alimentario
El colapso energético provocó una avalancha en los supermercados, temerosos de que la falta de energía pusiera en peligro el suministro de productos de primera necesidad. En general, casi todas las tiendas y restaurantes tuvieron que suspender su actividad. Las familias no podían cocinar, acceder al agua corriente ni mantener refrigerados los alimentos. Para muchas empresas, fue una auténtica prueba de resistencia.
Para supermercados, restaurantes, distribuidores y otras empresas del sector alimentario, un apagón no es sólo un contratiempo, es una amenaza real. Bastan unas pocas horas sin electricidad para poner en peligro los productos frescos y congelados, generar importantes pérdidas y minar la confianza de los consumidores.
No se puede confiar en la estabilidad del sistema, falla y puede volver a fallar.
Buenas prácticas de refrigeración durante los cortes de electricidad
En caso de apagón, una gestión de crisis rápida y eficaz es esencial para minimizar el impacto. A continuación, enumeramos 7 puntos clave a tener en cuenta para garantizar la continuidad de la actividad, proteger los productos y mantener la confianza de clientes y proveedores:
- Garantir que os equipamentos estão bem calibrados e em perfeito estado de manutenção, para conservar a temperatura por mais tempo;
- Mantenga el equipo cerrado para conservar la temperatura interna durante más tiempo.
- Utiliza termómetros digitales para controlar la temperatura durante y después del apagón, para evaluar los riesgos y tomar decisiones seguras.
- Invertir en equipos de apoyo – Los equipos de refrigeración autónomos o las soluciones móviles son valiosos aliados en tiempos de crisis.
- Plan de contingencia que establezca protocolos internos para situaciones de emergencia y garantice que el equipo está capacitado para actuar con rapidez y eficacia.
- Haga una evaluación de los productos – Una vez restablecido el suministro eléctrico, es esencial comprobar que los alimentos han mantenido temperaturas seguras.
- Mantenga una comunicación transparente con los clientes sobre cualquier cambio en el servicio, para que estén al tanto de cualquier interrupción o modificación. Al mismo tiempo, asegúrese de que existe coordinación con los proveedores para ajustar las entregas, minimizar los residuos y garantizar reposiciones rápidas, asegurando la continuidad de su negocio de forma eficiente.
Equipos móviles de refrigeración
En caso de apagón, disponer de un equipo de refrigeración autónomo es una gran ventaja.
El Congelador Horizontal THG 6 FFE de FRICON es la solución ideal para situaciones de crisis, ya que mantiene los productos conservados durante varias horas, incluso apagado. Esto es posible gracias a su sistema de conservación del frío mediante la solución eutéctica de sus paredes y al alto nivel de aislamiento que proporcionan sus dos puertas opacas.
Además, el THG 6 FFE funciona con gas refrigerante natural (R290), lo que garantiza una mayor eficiencia energética y un menor impacto medioambiental. Su flexibilidad es otro de sus puntos fuertes: el equipo es fácilmente desplazable gracias a sus ruedas y a su diseño enchufable, lo que permite instalarlo rápidamente en distintas zonas de la tienda. Una solución práctica y fiable para mantener la calidad de sus productos en situaciones de emergencia.
Aunque está especialmente diseñado para la venta de helados, el STREET CART puede ser una excelente solución para conservar otros alimentos. Equipado con envases eutécticos, este carro mantiene los productos refrigerados durante varias horas sin depender de la electricidad. Esto resulta especialmente útil en situaciones de emergencia cuando se interrumpe el suministro eléctrico, ya que garantiza que los alimentos se mantengan a temperaturas seguras durante más tiempo.
El BEACH CART, con ruedas diseñadas para moverse fácilmente por superficies arenosas, ofrece la flexibilidad necesaria para desplazarse a distintos puntos de venta. Su capacidad para mantener los productos refrigerados durante varias horas sin depender de la electricidad lo convierte en una solución práctica para hacer frente a los cortes de electricidad. Puede utilizarse para conservar una gran variedad de alimentos, garantizando el mantenimiento de la calidad y la seguridad de los productos.
Las RUEDAS PARA BICICLETAS PUSHY son ideales para situaciones de emergencia, ya que ofrecen una autonomía de hasta 7 horas para conservar los alimentos a temperaturas muy bajas, sin necesidad de electricidad. Su movilidad facilita su rápida adaptación a diferentes lugares de venta o almacenamiento, contribuyendo a que los alimentos se mantengan a la temperatura ideal. Es una opción versátil, adecuada no sólo para helados, sino también para otros alimentos que requieren una conservación rigurosa.
Puede informarse sobre estas y otras soluciones en nuestro sitio web.
Seguridad alimentaria tras un apagón
Tras un apagón prolongado, es esencial evaluar cuidadosamente el estado de los alimentos, ya que una ruptura de la cadena de frío puede poner en grave peligro la seguridad alimentaria. La carne cruda, el pescado, el marisco, los huevos, las sopas, las pizzas, la leche y sus derivados deben desecharse si han estado a temperaturas superiores a 5 °C durante más de dos horas, ya que estas condiciones favorecen la rápida proliferación de bacterias.
Los productos como yogures, salsas, mantequillas, embutidos o ensaladas preparadas también deben tirarse si se ha producido una pérdida de frío.
En el caso de los alimentos congelados, es seguro consumirlos si aún tienen cristales de hielo y si el congelador no ha superado los -9 °C. Si se han descongelado por completo, aunque estén fríos al tacto, deben desecharse. Siempre que sea posible, registre las temperaturas con un termómetro digital para tomar decisiones con conocimiento de causa. En caso de incertidumbre, el principio es sencillo: más vale prevenir que curar.
Este apagón nos mostró lo vulnerables que podemos ser a fallos imprevistos.
En FRICON, creemos que la prevención empieza con elecciones inteligentes. Por eso seguiremos innovando y ofreciendo soluciones sólidas, eficientes energéticamente y adaptables.